jueves, 20 de octubre de 2016

Adios



Chicago, Illinois.
A 20 de octubre de 2016 E.'.V.'.


Éste es el último post del blog.

Una vez más, escribo estas líneas desde Estados Unidos. Tercer cumpleaños que paso fuera de la casa familiar. Tercer cumpleaños solo. Tercer cumpleaños esperando que las cosas mejores.

Hoy, cumplo 30 años de edad.

Haciendo honor a la verdad, es un bonito número. Y no fueron pocas las veces en las que pensaba cómo sería cuando llegara a ésta edad. Sinceramente, poco de lo que mi Yo adolescente imaginó se ha vuelto realidad.

Quisiera agradecer al mayor número de personas que, a lo largo de 30 años, han formado parte de mi vida. A todos aquellos, que de una u otra forma influenciaron para ser la persona que soy ahora, a todos aquellos que me brindaron un poco (o un mucho) de su tiempo, de su atención, de su cariño, de sus palabras, de sus risas, que me abrieron las puertas de su hogar.

Este blog empezó en el 2007, cuando Vuestro Humilde Narrador era un simple estudiante de ingeniería. Tenía novia y amigos. Era medianamente bueno en lo que hacía. Me divertí mucho con algunos posts, sufrí en otros, hice corajes, mandé al diablo, medité, recordé, puse información basura y los últimos posts han sido netamente personales. Prácticamente los escribí para mi, y nada más para mi.

Muchas gracias a:

-  Mis padres
-  Mi hermana
-  Mis padrinos, que tanto me han apoyado a mi y a mi familia.
-  Mis abuelos (QEPD)
-  Gaby J. por haber sido mi guía, mi amiga, mi pareja y mi fortaleza cuando más lo necesité.
-  Miguel E. mi gran amigo, casi mi hermano. Te extrañaré, majo.
-  Andrés F. mi amigo más viejo. Extrañaré esas noches de ver peluche jejeje.
-  Gilberto C. también de mis amigos de más tiempo. Voy a extrañar los toquines y las pedas.
-  Juan Carlos O. que espero salga de su mala racha pronto. Ese Jack Daniel's tendrá que esperar.
-  Nancy M. por los viejos tiempos.
-  Noemí R. por haber sido mi mejor amiga en Ericsson. Extrañaré los takeshis del Oxxo.
-  Ricardo S. por haberme brindado su amistad y buenos momentos fuera de la oficina.
-  Baba, por ser un gran amigo, y una gran persona. Mucho amor para tu hijo. Ánimo.
-  Gisel R. por haberme dado tanto en tan poco tiempo.
-  Mis hermanos constructores de la Gran Obra, que el GADU los cuide hoy y siempre.
-  Arturo V. por tantos buenos momentos, por la amistad y por la mota (jejeje).
-  Raúl R. por ser mi único verdadero amigo de ESIME Culhuacán. Te amo inche Rudito.
-  Ingrid G. por ser y estar en su momento.
-  Anaid O. por tantos buenos momentos y por regañarme porque me voy sin hacer la tesis.
-  Isaac G. mi Shikito, tu tienes un lugar muy especial en mi cora... y en mi nepe. ♥ Te quiero cabrón.
-  Angélica G. por haberme aguantado muchas veces y no odiarme por cancelarle citas. 
-  Alan Boguslavsky, por ayudarme a cumplir uno de mis sueños. 
-  Flor A. Florecita Rockera, te llevo en el corazón. 
-  Silvia C. por ser mi amiga digital por casi 20 años ya y por hacerme grupie (a ratos). Acá no hay tacos buenos!
-  José Luis D. por su amistad y darme la oportunidad de compartir depa. Te extrañaré Goshdito.
-  I.A.
- Todos aquellos que directa o indirectamente influyeron en mi vida, maestros,instructores, compañeros de clase, de trabajo, de aventuras, de borrachera, de conciertos, de tristezas y de carcajadas; gracias por todas las enseñanzas.


Gracias también a todos los que me leyeron, dudo mucho que haya alguien haciéndolo desde el 2007 al día de hoy, pero si estás leyendo estas últimas líneas, muchas gracias por darte el tiempo de hacerlo.






El Maestro Karnicero termina hoy.




Muchas gracias.




Buenas noches.




domingo, 28 de agosto de 2016

Senda

Este será un post medianamente largo. Advertidos están.

El 17 de mayo pasado renuncié a mi trabajo en Ericsson México.

No fue una decisión difícil, pero si fue una decisión complicada, sobre todo en el aspecto monetario.

Ya venía yo haciendo corajes por el área a la que me asignaron hace cerca de un año, en la cual nunca me sentí a gusto y los horarios jodidos me estaban matando.

Ese mismo día firmé todos los documentos pertinentes y me dieron mi cheque de liquidación. Pagué algunas deudas y regresé a casa contento y satisfecho por esos 6 años que pasé en esa empresa.

Quizás la parte complicada sea la de las (pocas) amistades que hice en esos años. Algunas de ellas valen la pena conservar por largo tiempo.

También ese mismo día me fui a ver a Enrique Bunbury por enésima ocasión, aunque esta vez fue gratis y muy cerca de casa. Disfruté mucho el concierto y hubo un par de canciones dedicadas.

Desde ese día me puse a pensar: "¿Qué carajos debo hacer de mi vida?"

Tenía varias opciones:

- Buscar otro trabajo
- Terminar mi proceso de titulación
- Empezar un posgrado
- Hacer cursos
- Ninguna de las anteriores, mandar todo a la mierda e irme a Estados Unidos.

Por obviedad, elegí la última opción.

Y una vez más, el mes de octubre será testigo de mi partida, sólo que muy probablemente sea permanente.

Ya tengo mi boleto de avión (sólo de ida) comprado. Ya están avisados mis familiares. Ya está todo listo, sólo debo esperar el día.

Mi familia me apoya, sobre todo mi padre y mi hermana (quien muy seguramente me siga pronto).

Y es cuando me lleno de nostalgia, porque sé que no volveré.

No extrañaré la violencia, los asesinatos, las marchas, el tráfico, los asaltos, el miedo a salir de noche.

Extrañaré a la gente. Esas personas que, de una u otra forma, han formado parte en mi vida.

Esos personajes incidentales, que conocí quizás unos meses, un par de días, una noche, o casi toda la vida.

"Actores poco memorables" diría un compadre conocido por muchos.

Me da nostalgia recordar. Siempre ha sido así. Me la paso añorando el pasado el 98.3% del tiempo.

Sé que no es bueno. Sé que no es sano. Pero no lo puedo evitar.

Serán pocos a los que vea antes de irme. Muy pocos.

A esos pocos, quiero agradecerles haber sido parte de mis casi 30 años de vida, en persona. Quizás acompañados de un buen trago, de un habano, de un café o simplemente agua embotellada.

Dejar todo atrás es complicado, y no por el hecho de viajar y establecerse, si al final uno se acostumbra y adapta a todo, menos a no comer.

Es complicado porque, de una u otra forma "ya te la sabes" aquí, en donde estás, en donde conoces. Y si ya te la sábanas, pa' que cobijas, ¿no?

Mi decisión va mas allá del trabajo. Obviamente pude haber buscado un nuevo empleo, o aceptar alguno de los que ya me ofrecieron por teléfono.

Pero no. No es mi plan. No está escrito en las estrellas que yo busque un empleo en el DF la Ciudad de México y Área Metropolitana.

No.

Mi plan dicta que tengo que emprender la aventura que no me haga volver y dejar de una vez lo que yo mismo no puedo (o no quiero) entender.

Esa canción de Héroes del Silencio siempre me ha traído recuerdos de un viaje que hice hace muchos, muchos años, mi segundo viaje a Córdoba, Veracruz.

(Voy a desvariar/recordar un poco)

Era 1999 estaba enamorado de Paola, la chica de 2° de secundaria a quien encontré de nuevo en noviembre. Estaba de vacaciones y había ido con mi madre a visitar a sus familiares en Córdoba, y recuerdo que antes de hacer maletas, gasté todos mis ahorros en un reproductor de cassettes para poder viajar con música.

Recuerdo perfectamente que mi ilusión era viajar escuchando todo el "Senderos de Traición" que mi padre había traído a casa el año anterior, entre otras tantas cintas que tenía, como una de rock en inglés y otra de Maná. Yep, Maná.

Íbamos en la carretera después de haber pasado Orizaba, y se escuchaba "Senda" en mis audífonos.

Me llenó de un sentimiento de soledad y a la vez, de fortaleza.

"Por una vez, lo que siempre soñé hacer, prométeme construir una senda que pueda recorrer..."

Recuerdo que el día que volví, ya habían entrado a clases y llegué a casa justo cuando salían mis compañeros de la escuela. Vi a Paola y nos dimos un beso muy efusivo, puesto que en todas las vacaciones no nos habíamos visto. Le di una carta. Nos besamos de nuevo y se fue a casa.

Ahora cuando vuelvo a escuchar esa canción,  me vuelve a llenar del mismo sentimiento, pero ahora mucho más marcado, quizás por la experiencia de los años, aderezado por el recuerdo nostálgico de aquel día de julio de 1999. Pondría la fecha exacta, pero tendría que buscar entre los baúles de recuerdos que tengo, los boletos del ADO.

Es complicado dejar todo atrás, porque dejo muchos pendientes, cabos sueltos y promesas no cumplidas.

Hay personas con las que me enemisté, con quienes quisiera, al menos, dejar una tregua y decir "Vale, no pasa nada." Pero sé que esas personas no piensan igual de tonto que yo, y que seguro un reencuentro no sería lo más conveniente. Quizás sea mejor así, dejar todo como está.

"Y no me siento capaz de iniciar nueva vida sin más..."

No tengo miedo de enfrentarme a algo como ésto. Sé que me costará trabajo, mucho esfuerzo, disciplina, dedicación y sufrir un poco, pero sé que todo eso tendrá una recompensa. Y esa recompensa es hacer una nueva vida lejos de aquí.

No estoy seguro de seguir escribiendo en este blog. Probablemente siga escribiendo, pero no aquí, lo he estado pensando. No puedo negarme el derecho a expresarme, aunque no sé si lo publique en algún lado.

Espero (im)paciente la fecha y hora de mi viaje.

"Prométeme construir una senda que pueda recorrer..."

Es curioso que esta nueva etapa de mi vida empiece justo cuando me acerco a los primeros 30 años de vida.

Por ahora, tengo que apresurarme a terminar papeleos, acomodar ropa, cosas, recuerdos y pedacitos de vida que me pienso llevar.

La cuenta regresiva sigue su curso...